¡¡¡Buenas tardes amantes de la Danza!!!
Después de unas semanas intensas de trabajo, retomo mis «artículos» con mucha ilusión.
En esta ocasión, os hablo de las principales dificultades que se encuentran los bailarines en sus clases o ensayos, ya sean estudiantes amateur o con aspiraciones profesionales.
Y es que si el hecho en si de bailar ya es algo complicado, imaginaros si le añadimos factores como: la falta de constancia, poca paciencia, motivación intermitente, actitud no muy positiva, falta de foco, inseguridad, envidia, soberbia…
Para que todo funcionara de maravilla, y nos pudiéramos acercar cada día a nuestros sueños, la idea sería que nos fijáramos en las cosas positivas, e hiciéramos hincapié en superar las posibles dificultades. Esto a priori parece fácil, pero como todo en esta vida es cuestión de constancia y superación.
Enumero algunas de las dificultades más frecuentes, que se encuentran los bailarines

Sara Martín Flamenco
La constancia, es una de las principales cualidades que hemos de tener en cuenta. Cuando una persona es constante, tarde o temprano llegan los frutos de su trabajo, que son como pequeños «chutes» de energía que nos impulsan a seguir trabajando.
Cuando entramos en la rutina del día a día, a veces la pereza se hace presente y nos resulta complicado tener cierta regularidad, no sólo en la asistencia, sino en la capacidad de esfuerzo. Es en esos días, cuando más hay que «obligarse» a ir a clase y sacar fuerzas del interior, aunque la mente te diga que no vayas.
Está más que comprobado que con constancia y esfuerzo se consiguen grandes resultados.
- Paciencia » Roma no se construyó en dos días»
Paciencia, porque la Danza lleva su tiempo.
Cuando una persona baila, no es como cuando estudia un tema de historia, que sabe que es una cuestión de memorizar, sino que hasta que la mente da la orden al cuerpo y éste se pone en marcha asimilando e interiorizando los pasos, transcurre bastante tiempo.
A menudo, muchos alumnos desesperan en el intento, por que quieren hacerlo perfecto en el momento. Esta cuestión, le pasa mucho a algunos alumnos que vienen a mis clases.
En general, suelen ser personas cuya actividad profesional desempeñan con mucha maestría, y piensan por eso, que si son muy buenos en su trabajo, resolviendo casi todas las tareas en cuestión de segundos, también lo pueden hacer bailando y eso no es así exactamente.
El cuerpo necesita tiempo para procesar los movimientos, hasta que poco a poco van saliendo de forma armónica, y te vas sintiendo mejor, pudiendo así poner atención, en cuestiones tan importantes, como el : estilo, los matices, la expresión…
Paciencia porque paso a paso, se van consiguiendo muchos hitos, y llega un momento en el que se avanza de forma inminente, casi sin darse cuenta.
A veces, intentamos buscar la motivación en factores ajenos a nosotros, como pueden ser: el profesor, los compañeros, el lugar, la música elegida para la clase…pero se nos olvida que la motivación, es algo que está dentro de nosotros mismos. Y digo esto, porque: ¿No te ha pasado alguna vez, que falla alguno de los factores antes citados y de repente sientes que no tienes ningún tipo de motivación?
Está claro, que estos factores externos ayudan pero no lo son todo. Si piensas en porque te gusta tanto bailar, o que sensaciones te aporta, o porque decidiste dejarlo todo para dedicarte a ello….Te darás cuenta de que Bailas porque sientes que tienes que hacerlo.
Hace unos meses, os hablaba en otra entrada de mi Blog, al respecto de la importancia de una actitud positiva.
En dicho artículo, os decía que: «La Actitud de cada alumno condiciona su propio aprendizaje y por tanto el del resto de los alumnos, ya que en las actividades de grupo es muy importante , la ” energía que se crea” Dicha energía puede ser tan positiva como para mover montañas o tan negativa, como para desmotivar y tirar una clase abajo»
Os invito a que lo leáis y veáis unas premisas básicas para mantener una actitud positiva: Actitud como algo determinante en danza
Con esta expresión, me refiero a que normalmente estamos dispersos, y no establecemos unos objetivos claros.
¿Te has preguntado alguna vez donde estás poniendo el foco?
En mi caso establezco un objetivo o meta final, que voy descomponiendo en pequeñas metas, que me ayudan a llegar con facilidad y sin agobios al lugar deseado.
Por ejemplo: Supongamos que no sabes de baile y nunca has recibido clases, y tienes como objetivo final zapatear tan rápido y claro como Sara Baras. Yo lo haría de la siguiente forma:
- Buscar unas clases de danza.
- Inscribirme en las clases de danza.
- Aprender los pasos básicos del flamenco.
- Aumentar mi número de horas de clase a la semana.
- Practicar todo lo que pueda.
- Ver muchos videos.
- Leer muchas cosas de Danza.
- Asistir a espectáculos de Danza.
- Escuchar mucha música, así como los ritmos y palos del flamenco.
- Trabajar cada día como si fuera el último.
Creer en uno mismo es la base fundamental de todo.
A veces nos hacen creer que no vamos a poder, que no valemos, que lo hacemos fatal……Estos comentarios suelen venir de profesores en su mayoría frustrados o sin demasiados recursos pedagógicos.
Abandonar aquellas clases donde se encuentren profesores de estas características,sería lo más acertado pero si estamos en centro oficiales donde si o si tenemos que recibir clases con estos profesores, hay que abstraerse, tirar hacia adelante y repetirse muchas veces que «Si podemos».
¿Y la cantidad de tiempo y de energía que se gasta criticando al de al lado?
Por suerte o por desgracia esto pasa mucho más a menudo de lo que os podáis imaginar, a veces porque los propios maestros lo fomentan, lo cual no quiere decir ni mucho menos que eso este bien.
En mis clases, puedo decir muy alto que esto no pasa, quizás porque los alumnos sean maravillosos, o también porque a mi no me gusta generar ese ambiente.
Sea como sea, la «envidia sana» es la que debemos tener, viendo a compañeros que lo hacen bien, y usándola para que nos sirva como impulso para conseguirlo nosotros también.
Este punto, en el que uno cree que ya lo sabe todo y que no hay nadie que le pueda enseñar.
Por mi mi experiencia os diré, que hasta de aquellos que no saben nada y que se equivocan se puede aprender, aunque sólo sea por aprender lo que no se debe hacer.
Nunca se deja de aprender, de hecho siempre hay algo en lo que fijarse o inspirarse y es un continuo aprendizaje , nunca he dejado de ser alumna. Se lo recomiendo a todos los profesionales, que las aulas de danza están vacías señores, hay que seguir formándose.
Sé que lo que os cuento es obvio y no es fácil, pero os invito a que lo pongáis en práctica y sobre todo a que :
Bailéis cada día, como si fuera el último 🙂
Todo esto unido al disfrute, no puede desembocar en otra cosa que no sea Exito.